25/2/15

Carnaval 2015




Como dije aquí estoy.
Este año, he de confesar, que los carnavales me han sorprendido para bien. La verdad es que con lo que le había pasado a mi familia y a mí el primer día de febrero, jamás pensé que pasaría el carnaval  así. Ni siquiera que por un momento, la felicidad no sería tan fingida como cada día venía siendo.
Iré por partes y empezaré por la más importante: Noa.

Este, como sabes, es el primer año de colegio de Noa y la verdad es que gracias a la filosofía que tiene el colegio, tienen una gran variedad de fiestas culturales de las cuales los niños aprenden un montón de valores y cosas nuevas. Y cómo no el Carnaval es una de ellas. Este año el tema que el colegio iba a desarrollar en conjunto se basaba en las culturas mediterráneas, y a los de infantil (3, 4 y 5 años) les tocó disfrazarse de egipcios e incluso tuvieron que aprenderse, por clases, una coreografía que el día de la fiesta bailarían.

Yo, por desgracia, no pude asistir porque ese día tenía programado un examen a las 12:05h. y el día del Carnaval empezaba a las 10:00h y el baile a las 12:00h, así que por mucha prisa que quisiera darme cuando fuera mi hora de llegar me habría perdido todo. Pero la desgracia del todo ya no fue esa porque bueno, es algo importante y te resignas. Lo peor fue que ese mismo día, en la hora supuesta del examen, la profesora por ciertos motivos que la clase expuso, decidió aplazar el examen al lunes siguiente creo recordar. Así que imagínate lo mal que me pudo sentar, perderme el primer Carnaval en el primer año de colegio de mi hija por une examen que al final ni haría. Pero bueno, ese no es el caso en sí.
Lo que hicieron por Carnaval fue, todo el colegio, salir a la calle y por el barrio, junto a profesores, padres y familiares que quisieran ir, recorrieron las calles más cercanas al colegio con orquesta incluida. Después quemaron la sardina simbólica de esta fiesta y por último, bailaron la coreografía en el gimnasio del colegio delante de todos los familiares. Y mi hija, en un vídeo que pude ver, cuando vio a mi tía (su tata) entre el público empezó a gritar: ¡TATA! ¡HOLA, TATA! Como unas cinco veces, todo un encanto jajaja.  La verdad es que toda la clase lo hicieron genial y me dio mucha pena no haber podido estar allí para verlo pero bueno, Noa ya me había enseñado algunos pasos del baile en casa. Súper graciosa, en serio.

Cuando llegué a casa, mi tía me dijo que era la fiesta de Carnaval también en la guardería de mi primo pequeño así que cuando Noa se despertó de la siesta, la puse el disfraz de egipcia de nuevo y fuimos. Y fue algo parecido, también salimos con orquesta por los alrededores de la guardería y después dentro continuó la fiesta con música, baile y comida. Los niños se lo pasaron genial.
Como Noa también había ido a esa guardería, hubo un reencuentro entre alumna y profesora algo emotivo. Tuvieron un abrazo muy especial y muy sorprendente para mí porque Noa, a pesar de en ocasiones tener muy buen corazón (cuando se le cruza el cable es mejor no estar muy cerca jaja), no suele dar abrazos o besos así como así a la gente. Su profesora de guardería se emocionó tanto que alguna lagrimilla se le escapó mientras le preguntaba por las cosas que hacía en su nuevo colegio.
El tiempo que estuvimos allí, como ya he dicho, para los niños fue estupendo pero no tanto para mí. Me resultó un poco estresante porque, aparte de que no me encontraba emocionalmente muy bien y de que aquello estaba lleno de gente, estar yo sola con dos niños pequeños de dos y tres años, el cual uno de ellos no para quieto ni un momento y como te descuides se va a la calle solo sin ningún temor, es algo imposible y agobiante. Porque mis ojos se centraban en mi primo pero eso tampoco quitaba para que Noa pudiera hacer cualquier cosa o alejarse algo más de la cuenta, que aunque el patio de la guardería es un recinto cerrado, no me fiaba mucho. Y a esto añádele tener que llevar en dos manos, dos vasos, servilletas, algo de comer que no quieren más, mochila y los abrigos porque no hacía frío, todo lo contrario. Yo era un verdadero espectáculo, en serio.
Cuando llegamos a casa ya la cosa se calmó un poco y para tenerlos entretenidos les puse música para que siguieran con la fiesta con algo de chuches. La canción de A lo fil (Chandelier de Sia, "I'm gonna swing..." en idioma niño de dos años) fue la más demandada por los dos jajaja.

La verdad es que de no ser por momentos como esos, en los que tienes que ser fuerte sí o sí en los que hay niños de por medio, que aunque te encuentres en la más misera mierda siempre consiguen sacarte una sonrisa, no sé hasta dónde hubiera llegado por la pérdida de una de mis madres...

Mi Carnaval, como puede ser algo obvio fue  diferente. Pero esto quisiera contártelo en otro momento porque de aquí derivan varios temas, uno de ellos muy muy importante y que ha significado mucho para mí.

Espero que estés terminando genial la semana.
Intentaré subir pronto la siguiente entrada.
¡Un beso enorme!

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